Melody y yo estábamos en mi casa, escogiendo la ropa que me pondría más tarde cuando fuéramos a la casa antigua del pueblo. En otras palabras, la casa de David. Estaba muy nerviosa, pero intentaba ocultarlo de Mel. Toda la semana había pasado en un abrir y cerrar de ojos, no podía creer que ya fuera sábado. No podía ser que este día hubiera llegada tan pronto.
- - Puedes ponerte tus jeans con esa camisa- dijo Mel, observándome-. Te dejas el pelo suelto y quedas perfecta.
Ambas sonreímos. Yo tenía el estomago revuelto por los nervios, pero era muy buena ocultando mis sentimientos, así que Melody no se dio cuenta. Agarré la ropa que había escogido para mí, y fui al baño a ponérmela. Me vi en el espejo, estaba hermosa. Me peine y luego salí para ver qué opinaba Mel.
- - ¡ Soy una genio !-exclamó ella- Te ves sensacional y todo gracias a mí.
Corrió hacia donde y estaba y me dio un gran abrazo. Me reconfortó mucho. Después Melody agarró su bolso y fue a sentarse en mi cama y me hizo señas para que me sentara a su lado. Ella sacó su estuche de maquillaje, probablemente para hacerme sombra en los ojos. Me vi una última vez en el espejo y caminé para sentarme donde ella me indicaba. Empezó con un poco de delineador de ojos, pero afincó el lápiz con mucha fuerza y la punta se rompió.
- - ¡ Ay ! ¿ Tienes un sacapuntas ?
- - Si, en una de aquellas cajas hay uno-dije señalando las que estaban en la esquina de mi habitación.
Melody fue y abrió una caja.
- - ¿ Qué tenemos por aquí ?-dijo ella. Me acerqué para ver a qué se refería.
En la caja había un par de materiales para dibujar y debajo de estos, un montón de dibujos que yo había hecho. Melody apartó los materiales y agarró los dibujos.
- - Mmm… ¿ quiénes son ellos ?
Había dibujado ángeles caídos volando, caminando, con alas, sin alas, de todas las formas posibles (e imposibles)… Y retratos de Max y David
- - Solo son personas de mi imaginación- soy terrible para mentir, Melody no se tragaría algo así.
Observó más atentamente los dibujos y noté que estaba un poco impresionada. Yo había tenido bastantes años para perfeccionar mi técnica de dibujo y era muy buena.
-Creo que eres excelente en esto- susurró-. ¿ Por qué nunca me los habías enseñado ?
No supe qué responder. Mel seguía viendo los dibujos, pasaba hoja tras hoja. Había cientos de dibujos. De repente se detuvo.
¿ - Qué es esto ?- agarró un collar que tenía un dije en forma de corazón.
El collar que David me había dado la última vez que lo vi. Debí haberlo dejado ahí mientras estaba dibujando. Melody estaba en shock.
- No me digas que esto te lo regaló alguien de tu imaginación.
Me encogí de hombros. ¿ Qué le podía decir ?
- Mmm… Eh… Yo…-di algo coherente, me dije a mí misma- Creo que deberíamos irnos, se hace tarde.
Melody agarró el collar y guardó el resto de las cosas en la caja. La puso de nuevo en su sitio y suspiró.
- No podrás esconderlo para siempre- dijo en voz baja -. ¿ Por qué no te pones este collar ?- dijo elevando su tono de voz-. Es muy bonito.
No, no, no. Definitivamente no. No me pondría ese collar nunca más.
- Tal vez otro día- nunca, nunca, nunca-. Tenemos que irnos.
Entonces, sucedió algo muy extraño. Todo el ambiente cambió. Melody comenzó a temblar de pies a cabeza. Tenía la mirada perdida. Intenté captar su atención, pero ella no parecía poder verme, ni escucharme. Mel se elevó unos centímetros del suelo y yo me retiré un poco hacia atrás. Estaba asustada. De su boca salió una voz, pero no era la suya:
- Usa el collar esta noche-dijo la voz es un susurro.
- ¿ Quién eres ?-se notaba el miedo en mi voz.
- Katherine, ponte el collar ahora mismo- ordenó la voz.
- ¡ NO !- intentaba controlar el temblor de mi voz-. NO ME OBLIGARÁS A HACER NADA QUE YO NO QUIERA.
Corrí hacia el otro lado de la habitación intentando salir de allí, pero me detuve. No podía dejar a Melody en posesión de esa cosa. “Eso” pareció darse cuenta de lo que estaba pensando y emitió una risa malvada y fría. Un escalofrío me recorrió la columna vertebral. Esta situación me resultaba ligeramente conocida.
- Tu amiga Melody es hermosa… Mira lo frágil que parece-la voz suspiró. Era extraño escuchar esas palabras saliendo de la boca de Mel-. Pobrecilla… puede morir en un abrir y cerrar de ojos- la criatura volvió a reírse-. La muerte… ¿ No te parece algo delicioso ?
“Solo me está provocando” me dije a mi misma. No me pondría el collar. Pasaban cosas raras cada vez que lo usaba: hacía que las cosas se movieran sin control, que las personas se volvieran locas. Incluso, en algunas ocasiones había matado gente. No lo usaría si iba a pasar la noche en compañía de Melody, Peter y Dereck. La voz siguió hablando:
- Hace mucho tiempo que no tengo algún cuerpo sin vida para juguetear con él… A veces me siento tan solo- suspiró teatralmente-. Tal vez a tu pequeña amiguita le haya llegado la hora. Los humanos… son tan ingenuos y frágiles. La muerte los espera a cada uno de ellos. Recuerdas lo que le sucedió a… ¿ Cómo se llamaba ? Ah, si… Dav…
- ¡ NO TE ATREVAS A PRONUNCIAR SU NOMBRE !- me estaba encolerizando.
Esa cosa no mataría a mis amigos. Fui culpable de la muerte de David, y de muchas otras. Pero esa cosa no tocaría a mis amigos. Eran míos. No los mataría
- No te tengo miedo-mi voz se quebró al final de la frase y la criatura rió con ganas. Tendría que pensar en algo mejor-. Te propongo un trato: dejas a Melody tranquila y me pongo el collar.
Me ponía el collar, la cosa dejaba a Mel y luego me lo quitaba. Un plan muy simple. Tal vez demasiado simple.
- Acepto tu ofrecimiento, pero el juego solo acaba de comenzar-¿ de qué hablaba ? ¿Qué juego?-. Cuida tus pasos Katherine Hale. No estoy dispuesto a
perder la partida.
El collar salió disparado hacia mi garganta como por arte de magia. Cuando lo tuve bien puesto y Melody estuvo ya en el suelo con una sonrisa, sin ningun recuerdo de lo ocurrido, me dispuse a quitarme el collar. Apenas mis manos lo tocaron, se prendió en fuego. Mel, por suerte, pareció no verlo. Lo intenté unas veces más, pero si éxito. Muy listo, había un hechizo en él y no me lo podría quitar.
Sonó mi móvil. Número desconocido.
- ¿ Hola ? ¿ Quién es ?
- Dereck, voy en camino, las espero. Apresúrense- colgó el teléfono.
- Dereck va en camino, ¿ nos vamos ya ?- pregunté dirigiéndome a Melody.
Asintió. Sin decir una palabra ambas salimos de la habitación y bajamos las escaleras. Decidí que el collar era el menor de mis problemas ahora, me ocuparía de ello más tarde.
Salimos de mi casa a eso de las cinco y media. La casa quedaba a cuarenta y cinco minutos si íbamos caminando. Melody y yo caminábamos en silencio. A la mitad del camino, me llegó un mensaje de texto y el celular comenzó a vibrar. Lo leí rápido, era de Peter.
- Los chicos ya llegaron. Están esperándonos para terminar de discutir los límites de la apuesta. Peter me pidió que nos apresuráramos porque Dereck se está impacientando.
- Ya veo… Dereck ya no puede esperar más para verte, Kate-dijo Mel y a continuación se echó a reír.
Ambas corrimos hasta aproximarnos a la casa. Desde donde estábamos podía ver a los chicos hablando sobre algo.
- Hola chicos, ¿ cómo están ?- dije alegremente- ¿ Hablando sobre mí ?
- Eso quisieras tú- respondieron los dos al unísono.
Los cuatro reímos. Luego Dereck se separó de nosotros y dio una vuelta alrededor de la casa. Supuse que estaba explorando el terreno, pero no lo seguí. Conocía lo suficiente el lugar. Esperamos unos minutos en silencio viendo la entrada. La casa era realmente hermosa, pero se había deteriorado con los años. Ahora tenía unas cuantas grietas en las paredes y todas las plantas de los alrededores se habían marchitado.
Dereck volvió con una rama de un árbol en la mano. No sabíamos que se proponía.
- Esta…-dibujo una casita con jardines grandes a su alrededor en el suelo usando la rama -… es la casa donde estamos ahora- dividió la casa en tres partes iguales-. Por lo que observé tiene tres plantas. La tercera es un ático, pero no entraremos ahí-tacho el piso más alto-. Tampoco saldremos de la casa hasta que terminemos de explorarla, así que nada de jardines por ahora- tacho los jardines- Nos quedan dos pisos. En el primero estarán Peter y Melody, en el segundo, Katherine y yo. Cada grupo revisará todas las habitaciones, sin excepción. No me importa si la puerta está cerrada con llave o si les da fastidio entrar. Todas las habitaciones-repitió-. La única luz que verán en toda la noche será la de la linterna de su equipo- sacó un par de linternas y le entregó una a Peter y una a mí-. Nos encontraremos en la puerta de salida a la media noche-nos miró a todos-. ¿ Está todo claro ?
Melody y yo asentimos, preguntándonos por qué era Dereck quien daba las órdenes, pero sin darle importancia. Peter no estaba de acuerdo con él:
- ¿ Por qué vas tú con Kate si yo soy el que está en su equipo ? ¿ Recuerdas ? Tu pareja es Melody.
- Si los dos miembros del mismo grupo están juntos, ¿ Cómo sabremos quien ganó realmente ?- contestó Dereck con voz de superioridad- Katherine y tú podrían decir que vieron al fantasma, solo para ganar la apuesta. Por eso tenemos que mezclarnos. Así nos aseguraremos de que no hayan trampas.
Peter no parecía dispuesto a dejar que Dereck estuviera conmigo toda la noche
- Entonces Kate debería estar con Melody y tú conmigo.
- No sería justo dos chicos contra dos chicas- dijo Dereck esta vez.
Peter iba a contestar con un nuevo argumento, pero Dereck lo silenció con la mirada. Yo estaba de acuerdo con Peter en que Dereck no debía de hablarnos así. Iba a replicar pero escuché una voz dentro de mi cabeza:
- Calla y obedéceme-la voz era apenas un susurro.
Miré a los demás, sorprendida y me sorprendí aún más al ver la expresión de confusión de ellos. También habían escuchado la voz, una voz que se parecía bastante a la de Dereck. Los tres estábamos asustados. Dereck se volvió hacia la casa y nos indicó que lo siguiéramos. Lo obedecimos sin chistar.
Entramos y la puerta chirrió al abrirla.
Los cuatro miramos a nuestro alrededor.
Dereck y yo empezamos a subir las escaleras, mientras que Peter, no sin antes echarme una mirada, junto con Mel entró al comedor.
Podía escuchar los leves crujidos de los escalones de madera al soportar nuestro peso. Dereck caminaba a mi lado examinando todo a su alrededor con su mirada y de vez en cuando sentía como me miraba de reojo, pero no podía verlo ya que mis ojos solo miraban un lugar.
Estaba igual que hace años, el mismo pasillo que daba al baño y otras tres habitaciones… pero solo una atraía mi mirada y sentí como mis lágrimas intentaban acudir a mis ojos pero me obligué a retenerlas, vi la misma puerta de madera aunque algo envejecida por el tiempo.
Me acerqué a ella. Caminando lentamente hasta situarme en frente de ella. Estiré mi mano hacia el pomo pero no me atrevía a abrir aquella puerta, un jadeo se escapó de mis labios. Una mano se posó sobre la mía en el pomo dándome un pequeño susto.
Dereck me miró y me demostró una sonrisa tranquilizante.
- ¿ Qué sucede? ¿ le tienes miedo a un fantasma? – preguntó y una sonrisa burlona apareció en su rostro.
- Eso quisieras – respondí un poco más relajada y juntos abrimos la puerta.
Un escalofrío y toda la tensión volvió a mí como un balde de agua helada. Su habitación era exactamente igual, su cama, su armario, su escritorio… a pesar de tantos años…
Notaba el peso del corazón del collar sobre mi pecho.
Me sentí insegura y miré todo a mi alrededor mientras mi mente evocaba viejos recuerdos.
( Flash Back )
La mullida cama estaba adornada con esas hermosas sábanas blancas, me encantaban. Al igual que aquel precioso reloj que colgaba de la pared, la suaves cortinas color vino, el pequeño sofacito y… todo. Pero lo que más me gustaba era con quién me encontraba.
Fijé mi mirada en él y David se giró un poco hasta verme. Nuestras miradas se encontraron y quedamos conectados.
Estábamos en su casa, precisamente en su habitación. Me encantaba estar allí ya que siempre son sentábamos en su cama a hablar y estar juntos. Podíamos escondernos del mundo fácilmente, olvidar mis problemas con mis padres y Max.
- Me encanta estar aquí – dije apoyando mi cabeza en su hombro mientras David pasaba su brazo por mis hombros acercándome más a él.
- Bueno, eso me alegra – dijo él, mirándome – al fin y al cabo esta, algún día será tú hogar, nuestro hogar.
Sonreí y sentí como lágrimas amenazaban con salir al imaginarme mi vida con David. Aquí, los dos juntos en nuestra casa, con hijos igualitos a él y a mí, tal vez y con un perro. Estando los dos… juntos… por siempre…
- Te amo – susurré acercando mi rostro al suyo.
- Te amo más que a nada en el mundo – dijo David a su vez, acortando la distancia y dándome un suave, apenas un roce, pero un hermoso y tierno beso.
( Fin del Flash Back )
Ese y más recuerdos ahogaban mi mente, haciéndome sentir nostálgica y extraña.
Un leve ruido me sacó de mi trance y me giré para ver como Dereck examinaba la habitación y como le quitaba el polvo a un libro que al parecer había encontrado.
Tenía que concentrarme y olvidar, aunque fuera por unos pocos minutos, a David.
Algún espíritu, ¿ por qué no? Siempre había creído en lo paranormal. ¿ Cómo no? Mi novio murió a manos de mi mejor amigo que por supuesto era un ángel caído, que por cierto, probablemente se suicidó aunque antes decidió echarme una maldición en la que aún, vivía.
Con esa vida ¿ quién no creía en lo paranormal o en lo extraño?
Peter y yo ganaríamos la apuesta. Eso seguro.
Me acerqué a la cama y me agaché miré bajo ella ignorando el polvo que flotaba a mi alrededor. Tendría que haber alguna pista, de algo extraño, un fantasma, algo paranormal o raro.
Una cabeza apareció del otro lado de la cama y del susto caí hacia atrás mientras escuchaba con risa silenciosa. Coloqué mi mano sobre mi corazón tratando de calmar su enloquecido latido.
- Dereck, ¿ qué rayos haces ahí? – pregunté en un susurro, molesta ahora – casi me matas del susto.
- Solo quería ver si habías encontrado algún fantasma – me respondió tranquilo y con una sonrisa mientras sacaba su cabeza debajo de la cama y me miraba por encima de esta, lo imité – o un… alien – continuó diciendo. Lo miré entrecerrando los ojos y le lancé una de las almohadas que estaba en la cama, pero la atrapó justo cuando estaba a punto de caer en su cara.
- Muy gracioso – comenté y me dirigí hacia la puerta, dispuesta a irme pero Dereck apareció en frente de mí con una rapidez increíble.
- ¿ Cómo llegas… - me interrumpió poniendo su dedo en mi barbilla, levantándola un poco mientras se acercaba a mí dejándome completamente paralizada mirando sus hermosos ojos yesa encantadora sonrisa, esos labios…
- Lo siento por asustarte – susurró y me miró intensamente haciendo que lo único en lo que podía pensar era nuestra cercanía tan próxima.
Y de pronto, fue como si una luz cálida nos iluminara.Mi collar empezó a brillar y más luz salía de él.
Me giré rápidamente y lo que vi me hizo quedarme completamente paralizada. No escuchaba ningún sonido, no podía ver nada más que él.
David…
David, estaba ahí. Sonriendo.
Como si nada hubiera pasado, como si todo fuera normal. Una lágrima, que no pude detener rodó por mi mejilla. Me obligué a mi misma a ver a Dereck y apartar por al menos un segundo la mirada de él. Dereck lo miraba expectante y había pasado su brazo por mi cintura acercándome a él de forma protectora. Así que, Dereck también podía verlo.
Volví mi mirada a David. Estaba igual que siempre, solo que su cuerpo no se veía normal, era un poco transparente y estaba vestido de blanco. Mirándome y con una cálida sonrisa.
- - No sabes cuánto te he extrañado – susurré con voz dolida.
- No tanto como yo – dijo él a su vez, cuanto añoraba escuchar su voz – pero tienes que seguir adelante, lo sabes – colocó su mano en mi mejilla, estaba fría y era tan suave y ligera, casi inexistente.
- Sí, pero no puedo – susurré y vi de reojo como él miraba a Dereck, lo imité y al verlo sentí como mi corazón latía desbocado. No, no podía ser.
- Si puedes, siempre estaré para ti, sé feliz – me dijo a su vez mientras quitaba su mano de mi mejilla.
- Chicos ¿ya encontraron algo? – gritó Mel desde el piso de abajo y escuché el sonido de las escaleras. Si llegaban y veían a David ¿Qué pensarían? Lo iban a ver. Me giré nerviosa hacia la puerta.
Peter y Mel aparecieron por la puerta con una mirada curiosa.
Me giré para ver a David, pero ya no estaba. Me quedé viendo el lugar en donde hace unos segundos había estado.
- - ¿Y bien? – preguntó Peter a Dereck.
- No, aquí definitivamente no hay nada – repondió. Me di la vuelta apartando la vista del lugar de la aparición de David para mirarlo.
- ¿Cómo? – pregunté casi en un grito – Dereck, lo acabas de ver. Ahí estaba – dije señalando el lugar exacto mientras ponía mi mano sobre el collar.
- Creo que el susto que te di, te asustó más de lo que creía – dijo él y sonrió un poco, pero había algo que no encajaba.
- Tú también lo viste – le acusé.
- ¿Qué viste? – preguntaron Mel y Dereck al unísono.
- Al fantasma – no les podía decir quién era.
- ¿ Dereck, enserio lo viste? – preguntó Mel.
- No, como ya dije antes aquí no hay nada – respondió este.
Salí molesta de la habitación. ¿ Por qué mentía yo sabía que lo había visto? Pero Mel y Peter habían entrado y David todavía estaba allí. Pero ellos no lo habían visto ¿ por qué?
¿ Por qué Dereck si lo había visto?
Las escaleras rechinaban mientras bajaba. Peter apareció a mi lado y sentí como su mano se cerraba en torno a la mía.
- Te creo – me dijo – pero si Dereck no lo vio, no podemos probar nada.
- Lo sé – respondí aún molesta – pero estoy segura de que lo vio.
Mel y Dereck aparecieron atrás de nosotros y vi como Dereck me lanzaba una mirada de disculpa.
Seguí caminando hasta que vi una sombra. David había vuelto.
Me solté de la mano de Peter y corrí siguiendo la sombra.
- Kate – gritaba Melody - ¿A dónde vas?
- Aquí está – grité en respuesta y seguí corriendo hasta que tropecé y caí.
Peter, Dereck y Mel llegaron junto a mí y señale un poco más al frente.
- Se dirigía hacia allá.
Mel se puso a mi lado mientras Peter y Dereck trataban de ayudarme. Mel se agachó y pude ver como cogía algo del suelo entre sus brazos. Era una hermosa gatita. Era blanca y con unas manchitas negras y color miel, era muy bonita y pequeña, debía tener aproximadamente unos pocos meses. Y me mirabacuriosa.
- Es solo una gatita – dijo Melody arrullándola en sus brazos.
Me acerqué a Mel y levanté mi mano, al principio la gatita se asustó un poco pero poco después acercó su cabeza para olerme la mano. La acaricié suavemente y ella ronroneó.
- Es preciosa – dije mientras la cargaba y se la enseñaba a Peter y Dereck.
- Tenemos que llevárnosla – me dijo Mel con una sonrisa – pero en mi casa no la podré tener.
- No importa, se puede quedar conmigo – le dije y ambas sonreímos.
- Bueno, creo que terminamos la búsqueda – dijo Dereck que enroscaba su dedo a la colita de la gatita que lo miraba un poco desconfiada.
- Si, ya es tarde – convidaron Peter y Mel después de revisar la hora con la ayuda de la linterna.
Salimos de la casa y me giré para verla de nuevo. Aún no podía creer lo que había pasado allí. Había sido tan extraño, ¿ qué había querido decir David?
Mel abrazó a Peter y a Dereck y se puso al lado de este último y gritó:
- Ganamos la apuesta, ganamos – rió y Dereck no tardó en hacer lo mismo además de mirarme fijamente al decir.
- Creo que los perdedores tendrán que hacer todo lo que queramos por un día ¿no te parece, Melody? - Pues si – sonrió – por todo un día – dijo con tono macabro.
Peter y yo nos miramos, yo con cara de preocupación fingida y el con cara de susto. Después nos echamos a reír. Mel nos miró con mala cara.
- Solo por reírse así de mí van a ver que sí que los voy a hacer sufrir – dijo entrecerrando su
grandes ojos azules.
- Bien, pero yo me pido a Kate – dijo Dereck y me sonrió pícaro, me sonrojé pero traté de disimularlo bajando la mirada hacia la gata que se había dormido en mis brazos.
- Ok – dijo Mel – eso quiere decir – miró a Peter – que eres todo mío – sonrió macabra.
Al final nos despedimos de los chicos aunque no sin antes decirle a Peter al oído, te compadezco y reí.
Ellos se fueron por otro camino mientras que nosotras nos dirigimos a casa de Melody.
- Hoy te quedas a dormir – dijo Melody con una sonrisa.
- Si – afirmé.
Entramos a su gran casa. Era muy bonita y su cuarto era precioso. Estaba pintado de color anaranjado tres de las paredes mientras que la otra era de color blanco. Tenía una gran cama, un escritorio y unos pufs donde sentarnos.
Nos pusimos las pijamas y hablamos toda la noche, además de jugar con la linda gatita que encontramos, habíamos decidido llamarla Luz
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Hola chicas!!!
Mariu volvió aspi que ya publicamos!
Pronto subiremos el capi 4!
Esperamos que disfruten este capii!
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Mariu y Dany